de la descripción del vídeo:
A mediados de los años 60 se comenzó a gestar la idea de actualizar el paradigma de la aviación de combate y por ende el de la enseñanza de caza, modificado por los cambios introducidos en la forma de volar de los aviones de combate. Para ello se requirió utilizar un avión que estuviera a la altura tecnológica de los sistemas de armas más modernos del momento, y que además, fuera versátil y económico.
Esa idea se llevó a cabo a principios de 1965, año en que, ante la necesidad de sustituir a corto plazo los T-33 y F-86, el Ministerio del Aire anunció el contrato de compra de 70 aviones Northrop F-5 –Freedom Fighter- en versiones A (monoplazas) y B (biplaza para la instrucción), lo que permitió a la industria aeronáutica de la España de los años 60 dar un gran salto, al encargarse Construcciones Aeronáuticas (CASA) de la fabricación de este reactor supersónico.
Hoy, día 12 de noviembre, se cumplen 50 años de este emblemático avión en el Ala 23 de la Base Aérea de Talavera la Real (Badajoz), motivo por el que queremos hacer un homenaje meritorio al mismo y a todos los pilotos que forman parte de su historial de vuelo, así como a todos los especialistas que han ayudado a conseguir este hito.
Desde esos primeros años hasta el día de hoy, el F-5 está presente en la vida aeronáutica de todos los pilotos de caza del Ejército del Aire. El F-5: un avión moderno, de mantenimiento sencillo y polivalente, con una longitud de 14,38 metros, una envergadura de 8,10 metros, una altura de 4,01 metros, un peso en vacío de 3.792 kg. y 9.720 kg. al despegue, sin olvidar su velocidad máxima de 1.445 km/h y una autonomía de 592 km. de distancia con carga máxima, y de 2.250 km. en misión de traslado.
Este viaje en la historia del Ejército del Aire comienza en 1968, una vez realizada la firma de acuerdos, con el envío a la Base Aérea de Williams en Arizona (EEUU) de 18 “pioneros”, de los cuales 6 eran pilotos, a los que se les encomendaría la misión de aprender a volar de una forma nueva para poder, posteriormente, enseñar a volar. Por otro lado, 12 especialistas fueron los encargados de aprender el mantenimiento del avión.
No fue hasta el 12 de Noviembre de 1970 cuando llegaron los tres primeros F-5B a la Base Aérea de Talavera la Real desde la Base Aérea de Getafe, tras su fabricación. No obstante, esta Unidad se había estado preparando con anterioridad para recibirlos, adaptando las instalaciones y creando aquellas otras necesarias, como por ejemplo fueron una planta de oxígeno líquido y un nuevo polvorín.
Estos aviones formarían parte de la dotación asignada a la entonces Escuela de Reactores con 14 unidades para el Escuadrón 731, que tendría dedicación exclusiva a la enseñanza, y 13 unidades al Escuadrón 732, que debería mantener su capacidad de combate. Poco tiempo pasaría para que estos aviones alcanzasen índices de disponibilidad muy altos y nuestros pilotos supieran apreciar su valor.
Sería en 1971 cuando comenzó el curso de reactores nº 50 y primero en material F-5, y donde la enseñanza teórica cobraría una importancia inusitada hasta el momento, dadas las capacidades que ofrecía el nuevo sistema de armas.
En 1987 la Escuela de Reactores cambia de denominación y se convierte en Ala 23 de Instrucción de Caza y Ataque. Este cambio también afectará a la nueva denominación de los Escuadrones 731 y 732 que pasarán a ser los 231 y 232 respectivamente. Será al año siguiente cuando se cumplan las primeras 75.000 horas de vuelo.
Es en el año 2003 cuando llegan los cuatro primeros aviones modernizados. que integran nuevos equipos, entre los cuales destacan los sistemas de navegación VOR/ILS y Tacan, sistemas de comunicación V/UHF, pantallas multifunción, computador de misión MDP, sistema inercial integrado EGI (INS/GPS), radioaltímetro, presentación HUD y un novedoso radar virtual para el entrenamiento.
Estas mejoras consiguen actualizar nuestro querido y longevo F-5 y convertirlo en el actual F-5M: una plataforma de enseñanza ideal para formar a los pilotos de combate del Ejercito del Aire, para que los alumnos se adapten progresivamente a los aviones de 4ª y 5ª generación.
A lo largo de estos 50 años, este avión ha cubierto con creces las necesidades de la Escuela de Talavera y de aquellos pilotos formados en la misma que luego formarán parte de los Escuadrones de caza de nueva generación. Con seguridad se puede afirmar que el F-5 ha sido el avión cuya relación disponibilidad/costo es la más elevada de todos aquéllos con los que contó nuestra aviación española.
Cabe destacar que todo esto no habría sido posible sin contar con el trabajo y dedicación de todo el personal de esta Unidad, militares y civiles encargados de un trabajo que día a día hace posible que nuestro preciado F-5 siga volando y formando a esa élite de pilotos de combate con la que cuenta el Ejército del Aire
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