Un portavoz de la AESA, con sede en Colonia, oeste de Alemania, señaló que la agencia europea se suma así a la decisión tomada ayer por la Agencia Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos. Al igual que la FAA, la AESA quiere revisar el potencial riesgo de fuego asociado a las baterías del 787 y requiere a los operadores que temporalmente cesen las actividades con estas aeronaves,
la gran apuesta de Boeing por competir frente a Airbus. También las autoridades de Japón e India han abierto investigaciones sobre los fallos detectados en los aparatos.
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