Las "draconianas" condiciones impuestas por Aena para ceder el antiguo pabellón de Estado a las compañías de jets privados para completar su traslado al aeropuerto de Barajas han puesto a las aerolíneas de lujo en pie de guerra. Así, la aviación ejecutiva estudia dejar desierto el concurso convocado por el operador aeroportuario, que obliga a los adjudicatarios a asumir el coste del cambio y la renovación de las infraestructuras
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