http://www.defensa.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1242:manifiesto-para-la-conservacion-del-patrimonio-aeronautico-en-guadalajara&catid=54:espana&Itemid=162
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http://www.noticias-aero.info/2009/12/una-veintena-de-organizaciones-se-unen.html
Manifiesto
Existen en el término municipal de la ciudad de Guadalajara una serie de edificios que han sobrevivido al paso de los años y se encuentran en un estado de deterioro muy avanzado, y en peligro de desaparición total inminente en alguno de los casos, que son vestigio de actividades humanas lideradas por ingenieros militares y civiles, aerosteros, pilotos, observadores, trabajadores etc., dotados de un carácter creativo e innovador y llevadas a cabo en un pasado reciente. Estuvieron directamente relacionados con el comienzo de la aeronáutica y su desarrollo en España. El estado de abandono y ruina en que se encuentran es debido tanto a la desidia y desinterés de las instituciones públicas (local, autonómica y estatal y de la sociedad civil en general.
Se ha hecho un manifiesto para reivindicar y reclamar la atención inmediata sobre este problema, apoyándolo y firmándolo instituciones, personalidades y descendientes de estos pioneros, en muchos casos anónimos, pero igualmente protagonistas del nacimiento y el rápido progreso de la aeronáutica y su industria en nuestra nación. Dentro de lo que es la Red de Capitales Históricas Aeronaúticas Europeas, Farnborough, Friedrischshafen y Chalais-Meudon, Guadalajara brilla con fuerza y reclama recuperar el puesto que por derecho le pertenece. Ninguna otra ciudad española ha tenido su repercusión en el ámbito español y europeo desde los albores de la aviación.
La experiencia de poblaciones europeas de tamaño similar, que han protegido su legado y patrimonio aeronáutico, ha sido vital para su desarrollo posterior. Primero fue la Academia de Ingenieros, que desde 1833 formó a los militares españoles, de las que salieron los primeros ingenieros aeronáuticos de hecho, sobre la base de una elevada formación. Poco antes de su desaparición en la década de los treinta del siglo pasado, dirigieron la fundación y primer período de la Academia de Ingeniería Aeronáutica. En este edificio, se formaron ingenieros militares, pero también lo hicieron aquellos cuyo posterior trabajo se desarrolló en el ámbito civil, como es el caso de Goicoechea, que posteriormente desarrollaría su sistema patentado Talgo.
Después, la Aerostación militar, a partir de 1896, desarrolló distintos aspectos, además del vuelo militar y civil: el proyecto y construcción de los primeros edificios para albergar aeronaves en España; la construcción de globos aerostatos de uso deportivo y militar, dirigibles militares y civiles como el sistema Torres Quevedo (1906-08) que demostró su viabilidad practica en Guadalajara; la meteorología, investigando y aplicando su utilidad práctica para la navegación aérea, culminando en estudios concretos que permitieron el cruce del Atlántico a los aviones españoles en varios raids y vuelos comerciales de los dirigibles Zeppelín; la formación de pilotos y observadores y de personal técnico y de apoyo en tierra; y la experimentación y aplicación de instrumentos de vuelo, paracaídas y material militar.
Desde 1906 se utilizan motores y hélices diseñados para los primeros aviones aplicados al dirigible del ingeniero de caminos Torres Quevedo. También se contacta con los pioneros de la aviación en Paris. Inventores y aviadores civiles visitan el Parque de Aerostación para dar a conocer sus patentes y experiencias, en donde, en 1910, aterriza el primer avión. Desde la Aerostación Militar se crea la Aviación Militar en 1911. En 1913 El jefe de la Aerostación se convierte en el responsable de la Aeronáutica, incluyendo la Rama de Aviación con Cuatro Vientos como centro de operaciones y formación de pilotos de avión. El mando de la Aeronáutica permanece en Guadalajara hasta octubre de 1915.
En 1914, al comenzar la I Guerra Mundial, desde el mando de la Aeronáutica se decide encargar un motor de aviación a la industria nacional, cristalizando en el prestigioso de Hispano Suiza. Propulsará, en distintas versiones, a aparatos civiles y militares que batirán importantes records y raids entre 1916 y 1940. En 1916 se destina una escuadrilla de aviones Farman al aeródromo militar de Guadalajara, desarrollando una gran actividad visitando distintas poblaciones de la provincia y llegando hasta Vitoria en sus desplazamientos. En este periodo se construye el pabellón de oficiales y el la Torre de Avistamiento. También se imparte un curso de formación para Observadores de avión.
En 1918 se inicia la construcción de un aeródromo civil para dar servicio a la fábrica de La Hispano. A comienzos de 1919 vuelan los primeros aviones diseñados y fabricados en Guadalajara, que se deben al ingeniero militar Eduardo Barrón y obtendrán sendos premios en el Concurso Militar de aviones que se celebra en la primavera de 1919, cuando se crea la sociedad Hispano Aircraft, con la participación de la inglesa De Havilland. En 1920 se inicia la construcción de la fábrica de aviones. En 1921 funciona una escuela de formación básica de pilotos para la Aviación Militar. En 1922 da comienzo la fabricación de aviones De Havilland DH-9 y DH-6 con motores Hispano Suiza, realizando las grandes reparaciones de todos los modelos y versiones de aeroplanos De Havilland de la aviación militar.
En 1928 se encarga a La Hispano la fabricación del futuro avión de caza de la aviación militar, el Ne-52. En 1927 se establece en el aeródromo de La Hispano la Escuela de Transformación, por la que pasaran como instructores prestigiosos pilotos de la aviación militar. En 1930 se presentan los planos de un nuevo avión diseñado por La Hispano, denominado E-30 y se inicia la construcción de un prototipo. A partir de 1932 se realizan pedidos del Hispano E-30, tanto por la Aviación Militar como por la Aeronaval. En 1933 se diseña un nuevo avión de Observación y Ataque. En 1935 la Aeronaval solicita el avión de entrenamiento Hispano E-34 y se le encarga el nuevo avión de caza Spanish Fury. Al comenzar 1936 se absorbe la fábrica de vehículos para la fabricación de aviones y se diseña un nuevo avión de caza de alta velocidad y otro de Ataque. En julio de 1936 da comienzo la Guerra Civil y en septiembre se traslada la fábrica a Alicante.
Los edificios que aun podrían ser salvados de su desaparición o que merecen el reconocimiento de su función en el pasado son la fachada principal de la fábrica de la Hispano de Guadalajara; la de poniente de la Academia de Ingenieros; el taller de globos del antiguo Polígono aeronáutico; el pabellón-dormitorio para dos unidades de aerostación; el chalet de pilotos o torre de avistamiento del aeródromo militar; la Maestranza de ingenieros del Fuerte de San Francisco; el monolito al cadete de la Academia "Jorge Porrúa"; el taller de globos (Despacho de Vives); y localizaciones en la ciudad vinculadas con este pasado (Casa natal de Barberán, espadaña de la iglesia de San Nicolás, que según cuenta la leyenda fue rozada por algún avión en los años veinte, o la escalinata de la iglesia de Los Remedios, donde las mozas esperaban frente al Palomar Central la entrada de aves mensajeras con noticias de los aerosteros…
Otros vestigios susceptibles de ser recuperados son los testimonios personales de personajes vinculados con este pasado que aún pueden ser recuperados y documentados mediante grabaciones o filmaciones digitalizadas; colecciones documentales, escritas, fotográficas o en cualquier otro soporte; y elementos materiales tecnológicos, desde aeroplanos hasta goniómetros, por ejemplo. La idea, una vez salvado el patrimonio arquitectónico-industrial, es disponer de contenido para dar sentido y llenar con objetos significativos la explicación histórico-técnica del propio edificio, para que puedan ser visitados y comprendidos en su importancia por la ciudadanía.
Se ha hecho un manifiesto para reivindicar y reclamar la atención inmediata sobre este problema, apoyándolo y firmándolo instituciones, personalidades y descendientes de estos pioneros, en muchos casos anónimos, pero igualmente protagonistas del nacimiento y el rápido progreso de la aeronáutica y su industria en nuestra nación. Dentro de lo que es la Red de Capitales Históricas Aeronaúticas Europeas, Farnborough, Friedrischshafen y Chalais-Meudon, Guadalajara brilla con fuerza y reclama recuperar el puesto que por derecho le pertenece. Ninguna otra ciudad española ha tenido su repercusión en el ámbito español y europeo desde los albores de la aviación.
La experiencia de poblaciones europeas de tamaño similar, que han protegido su legado y patrimonio aeronáutico, ha sido vital para su desarrollo posterior. Primero fue la Academia de Ingenieros, que desde 1833 formó a los militares españoles, de las que salieron los primeros ingenieros aeronáuticos de hecho, sobre la base de una elevada formación. Poco antes de su desaparición en la década de los treinta del siglo pasado, dirigieron la fundación y primer período de la Academia de Ingeniería Aeronáutica. En este edificio, se formaron ingenieros militares, pero también lo hicieron aquellos cuyo posterior trabajo se desarrolló en el ámbito civil, como es el caso de Goicoechea, que posteriormente desarrollaría su sistema patentado Talgo.
Después, la Aerostación militar, a partir de 1896, desarrolló distintos aspectos, además del vuelo militar y civil: el proyecto y construcción de los primeros edificios para albergar aeronaves en España; la construcción de globos aerostatos de uso deportivo y militar, dirigibles militares y civiles como el sistema Torres Quevedo (1906-08) que demostró su viabilidad practica en Guadalajara; la meteorología, investigando y aplicando su utilidad práctica para la navegación aérea, culminando en estudios concretos que permitieron el cruce del Atlántico a los aviones españoles en varios raids y vuelos comerciales de los dirigibles Zeppelín; la formación de pilotos y observadores y de personal técnico y de apoyo en tierra; y la experimentación y aplicación de instrumentos de vuelo, paracaídas y material militar.
Desde 1906 se utilizan motores y hélices diseñados para los primeros aviones aplicados al dirigible del ingeniero de caminos Torres Quevedo. También se contacta con los pioneros de la aviación en Paris. Inventores y aviadores civiles visitan el Parque de Aerostación para dar a conocer sus patentes y experiencias, en donde, en 1910, aterriza el primer avión. Desde la Aerostación Militar se crea la Aviación Militar en 1911. En 1913 El jefe de la Aerostación se convierte en el responsable de la Aeronáutica, incluyendo la Rama de Aviación con Cuatro Vientos como centro de operaciones y formación de pilotos de avión. El mando de la Aeronáutica permanece en Guadalajara hasta octubre de 1915.
En 1914, al comenzar la I Guerra Mundial, desde el mando de la Aeronáutica se decide encargar un motor de aviación a la industria nacional, cristalizando en el prestigioso de Hispano Suiza. Propulsará, en distintas versiones, a aparatos civiles y militares que batirán importantes records y raids entre 1916 y 1940. En 1916 se destina una escuadrilla de aviones Farman al aeródromo militar de Guadalajara, desarrollando una gran actividad visitando distintas poblaciones de la provincia y llegando hasta Vitoria en sus desplazamientos. En este periodo se construye el pabellón de oficiales y el la Torre de Avistamiento. También se imparte un curso de formación para Observadores de avión.
En 1918 se inicia la construcción de un aeródromo civil para dar servicio a la fábrica de La Hispano. A comienzos de 1919 vuelan los primeros aviones diseñados y fabricados en Guadalajara, que se deben al ingeniero militar Eduardo Barrón y obtendrán sendos premios en el Concurso Militar de aviones que se celebra en la primavera de 1919, cuando se crea la sociedad Hispano Aircraft, con la participación de la inglesa De Havilland. En 1920 se inicia la construcción de la fábrica de aviones. En 1921 funciona una escuela de formación básica de pilotos para la Aviación Militar. En 1922 da comienzo la fabricación de aviones De Havilland DH-9 y DH-6 con motores Hispano Suiza, realizando las grandes reparaciones de todos los modelos y versiones de aeroplanos De Havilland de la aviación militar.
En 1928 se encarga a La Hispano la fabricación del futuro avión de caza de la aviación militar, el Ne-52. En 1927 se establece en el aeródromo de La Hispano la Escuela de Transformación, por la que pasaran como instructores prestigiosos pilotos de la aviación militar. En 1930 se presentan los planos de un nuevo avión diseñado por La Hispano, denominado E-30 y se inicia la construcción de un prototipo. A partir de 1932 se realizan pedidos del Hispano E-30, tanto por la Aviación Militar como por la Aeronaval. En 1933 se diseña un nuevo avión de Observación y Ataque. En 1935 la Aeronaval solicita el avión de entrenamiento Hispano E-34 y se le encarga el nuevo avión de caza Spanish Fury. Al comenzar 1936 se absorbe la fábrica de vehículos para la fabricación de aviones y se diseña un nuevo avión de caza de alta velocidad y otro de Ataque. En julio de 1936 da comienzo la Guerra Civil y en septiembre se traslada la fábrica a Alicante.
Los edificios que aun podrían ser salvados de su desaparición o que merecen el reconocimiento de su función en el pasado son la fachada principal de la fábrica de la Hispano de Guadalajara; la de poniente de la Academia de Ingenieros; el taller de globos del antiguo Polígono aeronáutico; el pabellón-dormitorio para dos unidades de aerostación; el chalet de pilotos o torre de avistamiento del aeródromo militar; la Maestranza de ingenieros del Fuerte de San Francisco; el monolito al cadete de la Academia "Jorge Porrúa"; el taller de globos (Despacho de Vives); y localizaciones en la ciudad vinculadas con este pasado (Casa natal de Barberán, espadaña de la iglesia de San Nicolás, que según cuenta la leyenda fue rozada por algún avión en los años veinte, o la escalinata de la iglesia de Los Remedios, donde las mozas esperaban frente al Palomar Central la entrada de aves mensajeras con noticias de los aerosteros…
Otros vestigios susceptibles de ser recuperados son los testimonios personales de personajes vinculados con este pasado que aún pueden ser recuperados y documentados mediante grabaciones o filmaciones digitalizadas; colecciones documentales, escritas, fotográficas o en cualquier otro soporte; y elementos materiales tecnológicos, desde aeroplanos hasta goniómetros, por ejemplo. La idea, una vez salvado el patrimonio arquitectónico-industrial, es disponer de contenido para dar sentido y llenar con objetos significativos la explicación histórico-técnica del propio edificio, para que puedan ser visitados y comprendidos en su importancia por la ciudadanía.
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